lunes, 24 de mayo de 2010

UNA REFLEXIÓN SOBRE LOS SUCESOS OCURRIDOS EN MÉXICO SOBRE EL BIENESTAR ANIMAL.


Por: G. Javier Baños Campos


Al día de hoy muchos movimientos, ideas, y posturas, a veces radicales se han desatado gracias a los lamentables sucesos que han venido ocurriendo en nuestro país respecto al maltrato animal.

La desafortunada muerte de “Callejerito”, un perro que hace unas semanas fue lamentablemente muerto, por un grupo de jóvenes, que ahora han sido blanco del repudio, el odio, y otros sentimientos, reflejo del sentir de una sociedad ante sus actos.

Estos mismo actos han dado la pauta y motivado una gran cantidad de actos, sentires y pensares, algunos muy inteligentes y sensibles, y otros no tanto; algunos viscerales y sin ningún otro objetivo más que acrecentar el odio y repudio a éstos actos.

Sin embargo, éstos actos han dado pie a grandes oportunidades que con respecto al tema de “bienestar animal”, jamás antes se habían presentado en nuestro país, y debemos ser prudentes y actuar con mucha inteligencia, para que éstas (grandes) oportunidades, sean verdaderamente aprovechadas y trascendentes para nuestra sociedad, y para que sea posible un verdadero cambio de conciencia en el tema del trato, bienestar y los “derechos” animales.

¿Cuál es la postura que debemos tener con respecto a esto?

¿Debemos sentir odio o vergüenza por estos jóvenes que dieron muerte a “Callejerito”?

¿De algo sirve el odio para cambiar estas posturas?

¿De algo sirve radicalizar posturas para generar conciencia?

¿Sirve de algo adoptar posturas radicales para generar empatía y comprensión por parte de toda una sociedad ante un tema como el bienestar animal? ¿Conseguiremos algo de ésta manera?



EL DETONANTE.

El lamentablemente suceso de la muerte de éste infortunado perro, los actos y actitud de estos jóvenes del estado de Nayarit, no son otra cosa más que el reflejo de nosotros mismos, de lo que somos como sociedad, pues nada es casual, todo es causal. Estos jóvenes son una muestra y resultado de lo que nosotros mismos hemos formado, de nuestras mismas creencias, resultado de nuestra cultura y de nuestra sociedad. Negarlo, es sólo evitar aceptar la realidad de un pueblo que en el común denominador, nos hemos caracterizado por preocuparnos sólo por uno mismo y que voltea la mirada ante el sufrimiento ajeno, y que parecemos pensar que si no lo vemos, no existe.

Terminamos siempre culpando a los otros de los problemas, al gobierno de nuestra pobreza, a nuestros padres de nuestra forma de ser, a los jóvenes que mataron a “callejerito” del maltrato animal. ¿Y nosotros? ¿Será que nos gana el egoísmo?

Día a día vivimos situaciones de infelicidad, algunas terribles sin que hagamos nada por cambiarlas. ¿Será acaso que uno busca sólo su propia felicidad, aún a costa de hacer sufrir a otros?

Cuando algo en nuestra vida no nos gusta, la pregunta es siempre ¿En qué debo cambiar yo? Si uno cambia, cambia la gente a su alrededor, si la gente a mi alrededor cambia, cambia mi medio ambiente. Si mi medio ambiente cambia, cambian también los medios ambientes alrededor, y así cambia toda una sociedad.

Pero nada cambia, si yo no cambio.



¿CÓMO CAMBIA UNA POSTURA, UNA VISIÓN, LAS IDEAS, SE DERRIBAN UN PARADIGMA Y SE MODIFICA LA CULTURA RESTECTO AL BIENESTAR ANIMAL?

De nada sirve plantarse en las antípodas o posturas radicales para solucionar nada.
Primero debemos ser empáticos y entender, que TODOS SOMOS PARTE DEL PROBLEMA, Y ENTONCES TODOS SOMOS PARTE DE LA SOLUCIÓN.

El problema pertenece a todos, a toda la sociedad, a toda una comunidad, pues el asunto y el problema, es de todos. Tanto de los que si les gustan y preocupan de los animales, como los que no les gustan, pues todos pertenecemos y nos debemos a una comunidad. Negarlo o evadirlo es estancarse.

Entendido esto, debemos comprender que hasta a las personas que NO les gustan o interesan los animales, el hecho de que no les gusten o disgusten se debe a una consecuencia de actos que ésta misma (nuestra) comunidad ha generado. A los que no les interesa el bienestar animal y los que piensan que los animales no piensan, ni sienten, se deben a un conjunto de actos y creencias, que en algún punto en la historia, alguien generó.

Y no basta, con dividir, o enemistarse entre los que SI les gustan los animales o con los que NO les gustan. Pues todos pertenecemos a la misma cosa. Todos y cada uno, somos parte de éste todo.

La labor y esfuerzo que hacen muchas personas, grupos y asociaciones civiles, deberían tener el mismo objetivo en común: la procuración del bienestar animal, la educación, el cambio de conciencia y la creación de una cultura integradora, responsable y ética en sus tratos hacia los animales.



TODOS SOMOS PARTE DEL PROBLEMA Y TODOS SOMOS PARTE DE LA SOLUCIÓN.


Todos lo originamos y todos ayudaremos a resolverlo.

En algún punto a los que NO nos gustan los animales (y digo los que no nos gustan, porque debemos entender que somos parte de un todo). En algún punto, aprendimos a no quererlos, a maltratarlos, y a que era normal deshacerse de ellos. Alguien nos lo enseñó, en algún lugar lo vimos, lo escuchamos, y lo aprendimos. Y Lo hicimos nuestro. Y ahora, lo reflejamos.

Los que maltratamos perros en algún lugar presenciamos a alguien maltratando a un animal. Y por alguna razón creímos que eso era lo correcto.

De la misma forma, a los que SI nos gustan y si nos interesan, procuramos su bienestar y queremos a los animales. Es porque en algún punto, en algún momento, alguien nos lo enseñó, lo aprendimos y lo hicimos consciente. Y forma parte de nuestro conjunto de creencias.

Por esa razón…

Para hacer un cambio real, no basta con segregar o apartar a los que SI de los que NO. Sino entender que todos somos parte del todo. Todos somos parte del problema, pero también todos somos parte de la solución. De otra forma, sólo agrandamos el abismo enorme que existe entre ambos lados.

“ENCONTRAR CULPABLES SÓLO AGRANDA LOS ABISMOS Y NOS SEPARA MÁS”.

Si seguimos enemistándonos con los que maltratan perros o los que abandonan perros, sólo lograremos que se vuelvan cada vez más distantes a nuestras ideas.



¡DEBEMOS INTENTAR SER EMPÁTICOS!

Comprender significa observarlo desde afuera. Pero Entender, significa vivirlo; ponerse en los zapatos del otro. Cuando intentamos entender, entonces nos ponemos en Común con los otros.
“Comunicar” significa “ponerse en Común”, “ENTENDER AL OTRO”.

Y como nosotros, todos somos parte del problema, todos también, somos la solución.

Entender al otro es un asunto de empatía; de ser empático con el otro.

“Ponernos en los zapatos del otro, y a veces en la piel del otro”.



SOBRE EL MALTRATO ANIMAL Y LOS ENFOQUES PARA SOLUCIONARLO.

Desde hace algunos años he dedicado gran parte del tiempo a estudiar y convivir con otras especies animales, además de los humanos. Estudiar su comportamiento y sus estructuras y formas de pensamiento, y promover el uso de sistemas y recursos favorables y amables en la educación y la relación entre humanos y otras especies. Esto me ha llevado a trabajar desde hace algunos años resolviendo las situaciones y problemas que existen en la relación entre las personas y sus perros.

Durante éste tiempo, en el que he trabajado con los perros y sus dueños, he podido observar por ejemplo, que las personas que maltratan perros, los maltratan porque piensan que eso es lo correcto, porque así lo aprendieron, porque así les enseñaron. Y sobre todo, PORQUE NADIE LES HA ENSEÑADO OTRA FORMA MÁS ADECUADA DE TRATARLOS.

He observado también que muchas de las personas que abandonan a sus mascotas, dentro o fuera de su casa; los abandonan en el patio o aún los que los sacan a las calles o los tiran cual como si fueran cualquier cosa, NO LO HARÍAN SI PUDIERAN. Y la mayoría no lo hace por gusto. Pero nadie nos ha enseñado otra forma de hacerlo.

Y no basta con decirles que NO HACER.

PUES TODOS NOS DICEN SIEMPRE QUE ES LO QUE NO DEBEMOS HACER, PERO NADIE NOS DICE LO QUE SI. LO QUE SI DEBEMOS O PODEMOS HACER.

Pensemos en todas las campañas que se arrojan para promover la protección animal:

¿Qué nos dicen?

No maltrates.

No compres.

No abandones.

No les pegues.

No a las peleas de perros.

No a las corridas de toros.

Se organizan marchas en contra del maltrato animal.

Pero ninguna nos dice que SI DEBEMOS HACER, CÓMO SI SE PUEDER HACER. Es raro ver una marcha a favor del bienestar animal.



¿POR QUÉ ES IMPORTANTE ESTO? (EL SI)

“NINGÚN CEREBRO ANIMAL, INCLUÍDO EL HUMANO, ENTIENDE EL CONCEPTO DEL NO”.

Ningún cerebro animal, puede concebir el NO. Estructuralmente el cerebro humano no puede entender el NO. Y éste (No) lo procesa como un Si.

Entonces cuando decimos “No lo maltrates”, en realidad estamos ordenando al subconciente: “Si maltrata”.

Por esto debemos aprender a establecer nuestros mensajes y decretos, y ser muy cuidadosos con éstos. Y enfocar nuestras energías e intenciones por los motivos y actos correctos.

Después de haber entendido este asunto, personalmente jamás acudiría o pondría mi energía o dirigiría mis actos en ir a una marcha “En contra de la Guerra”, en cambio acudiría y podría toda mi intención en acudir a una marcha “A favor de la Paz”. Pues el mensaje que verdaderamente se transmite está dirigido hacia otro fin.

Sin embargo, lo más importante son los actos.

Debemos, si estamos verdaderamente interesados en modificar estas ideas, ser muy cuidadosos con nuestros mensajes y con las intenciones de éstos. Y ser congruente entre lo que pensamos, decimos y hacemos.

Sobre todo creer en ello, pues es absolutamente cierto que los paradigmas se derriban si se comunican de forma adecuada.

La cultura no es otra cosa más que un fenómeno de comunicación, que uno o unos comienzan y lo trasmiten a otros a través del espacio y del tiempo, y cuando tienen grandes alcances y beneficios en una sociedad, entonces podemos llamarlo cultura.

La cultura es un fenómeno de transmisión de información, es un acto de comunicación, parecido a una especie de contagio viral, que se transmite de unos a otros y alcanza grandes números.



IDEAS, EMOCIONES Y ACTOS CORRECTOS.

Por esta razón es en tan importante el plantear o replantear y establecer mensajes correctos; pues de no ser así lo único que trasmitimos son ideas a veces antagónicas a nuestros fines; y las perpetuamos. (Podemos tal vez sin querer establecer una “cultura” de odio, intolerancia, repudio y segregación, que no beneficia en nada).

Pronunciarnos y pronunciar nuestra energía a favor del odio, el maltrato, la segregación, la intolerancia y las posturas radicales, sólo perpetúan estas mismas ideas y acentúan las mismas posturas.

Es importante entonces dirigir nuestras intenciones, mensajes y energías a algo que beneficie, transmita, comunique, se establezca y se haga conciente de forma POSITIVA en las personas.

Por eso es importante entender “EL CÓMO SI”.

El cómo si es posible lograr algo, cómo si podemos comprenderlo, y la manera más fácil y empática de entenderlo.

Nadie aprende por imposición; y lo que se adopta por imposición genera ideas y emociones aberrantes sobre éste tema.

Hagamos un ejercicio: Pensemos en por qué no nos gusta o desagrada una materia que llevamos en la escuela, o por qué no nos gusta ciertos alimentos o cosas; Probablemente encontraremos que tuvimos una experiencia negativa, un maestro impositor, o alguien que nos comunicó directamente o indirectamente que tal comida sabía feo. Muchos de nosotros nunca la probamos, ni las probaremos, pero estamos seguros y predispuestos de que no nos gustan ni nos gustarán nunca.

Imaginemos ahora, ante las situaciones actuales, a un individuo radical e intolerante ante el maltrato animal, hablándome de tolerancia y respeto a los animales; que intenta convencernos sobre sus ideas, argumentándonos: “¡No al maltrato animal, no a las corridas de toros, está mal que comas animales; estás mal porque usas pieles. Odio a los humanos. Maten a los maltratadores de animales!”.

¿Qué respuesta y que idea generamos realmente adoptando éstas posturas de intolerancia?
Si de por si es ya un tema incomprendido el asunto del bienestar animal, la comunicación y la convivencia interespecie, los derechos animales, el vegetarianismo, etc. Adoptando éstas posturas, no se beneficia en nada, sino todo lo contrario.

Es más sencillo y verdaderamente efectivo ser empático, comprender al otro, no podemos exigir la comprensión, debemos procurarla, debemos “ponernos en común”.

Y es “mil veces” más sencillo entender UN SI, que cien NO.



PARADIGMA DEL MALTRATO ANIMAL.

En la experiencia de trabajar con personas, “dueños” de perros, he podido observar que cuando se explica que es lo que SI debemos hacer, o el cómo si se puede lograr una relación adecuada y armoniosa, resulta mucho más sencillo todo.

La mayoría de las personas (no todas), abandonan a sus animales en la calle porque éste se ha vuelto un “PROBLEMA”, o termina regalándolos. Lo cual no soluciona el problema, sólo se lo heredan a alguien más.

Sacan al perro a la calle, en donde el problema es heredado al desafortunado perro, que es el que menos culpa tiene que su dueño no haya podido entenderlo y sabido educarlo.

Ya en la calle el problema tampoco termina, sino que se vuelve de alguien más o más bien de todos. Pues ya en la calle, el problema se vuelve del gobierno (todos). Que tiene organismos como los antirrábicos. Los cuales intentan solucionar la problemática de salud que suponen los perros “de la calle”. Éste problema, que tampoco de inicio era suyo, pero que ahora lo es, debe ser resuelto de alguna forma. La solución más sencilla y práctica para el gobierno: Matarlos.

Esto le soluciona el problema al gobierno, que no es más que un problema heredado.

¿Pero que pasa?, ¡Que el problema tampoco se resuelve de raíz!; pues habrá más gente que sigue sacando a sus perros y gatos a la calle.

Los más afortunados de éste grupo de animales que es arrojado a la calle, llega a manos de las Asociaciones Civiles y Protectoras, que bien intencionadamente, realizan la gran labor, de rescatar a éstos animales de la calle o del maltrato, para rehabilitarlos físicamente, esterilizarlos (intentando controlar el problema), y buscarles una segunda oportunidad de funcionar en una familia; y promover mediante diferentes programas la solución de ésta problemática. Lo cual es una labor gigantesca.

La situación es que todos tratan, tratamos, de solucionar el problema desde donde lo percibimos.

Tanto las personas de una sociedad que abandonamos perros, como el gobierno, como las asociaciones civiles, como el resto de las personas o ciudadanos, buscamos resolver el problema desde nuestra perspectiva. Resolver el problema, al menos para nosotros.

Las personas que abandonan resuelven su problema sacando al perro a la calle o lo regalan a alguien más. El gobierno lo resuelve sacrificándolos (que es una palabra bonita para decir “matarlos”).

Las Asociaciones Civiles, intentan solucionar el problema, esterilizando, dando en adopción haciendo campañas y elaborando diversos programas.

Y el resto de las personas solucionamos el problema, ignorándolo; volteando la mirada a otro lado o culpando al otro, sin asumir responsabilidad. Es decir, evitándolo.

La realidad sin embargo es que todos percibimos el problema desde nuestra trinchera. Desde nuestra propia perspectiva.

Pero el problema es de todos.

Asumiendo nuestra responsabilidad cada uno, atacamos éste problema de raíz y eliminamos el círculo Vicioso y lo convertimos en un círculo Virtuoso. Hasta ese momento dejaremos de generar más abandonos de animales.

Debemos ser concientes de esto y promever con responsabilidad nuestros mensajes y creer en lo que hacemos.

Las buenas intenciones son importantes, porque de éstas parten las correctas ideas.

Pero de nada sirven las buenas intenciones si no se asume la responsabilidad y esto se transforma en actos.

La acción es importante. Acciones con intenciones correctas. Es importante actuar.

Nos debemos siempre a los demás, dependemos unos de otros, vivimos en una sociedad, y esto es innegable.

Ideas correctas, intenciones correctas y actos correctos a nuestros fines.

Es importante replantearnos lo que verdaderamente se quiere lograr sobre el tema del bienestar animal, pues es un tema que todos tenemos aún, una enorme deuda social pendiente.


“No existe lo bueno ni lo malo, creer esto es sólo un asunto de perspectiva. Dividir y radicalizar, sólo hace más grandes los abismos entre los unos y los otros”.

viernes, 5 de marzo de 2010

LA EDUCACIÓN Y EL ADIESTRAMIENTO EN EL PERRO

Por Javier Baños


Existen muchos mitos en torno a la manera en la que se debe educar a un perro o como entrenarlo.

Primero debemos comprender que no es lo mismo la educación del perro, que el adiestramiento.
Es decir, podemos tener un perro muy bien entrenado, que sin embargo no tenga una educación adecuada, y viceversa.

Existen perros que a pesar de no estar entrenados para realizar órdenes específicas, sí son perros muy educados pues conocen las reglas de convivencia de la casa, la comida, la caminata, por mencionar alguna.

Y existen también perros que no tienen la una ni la otra. Esto es porque nadie se lo ha enseñado.
Y no debemos esperar que lo aprendan solos.

Durante mucho tiempo, hemos escuchado formulas sobre cómo enseñarles a nuestros perros: Collares o cadenas de castigo, periódicos enrollados, tapetes o sprays para que el perro orine en un lugar, aditamentos especiales que prometen ayudarnos a educarlos y hacernos la vida más fácil.

Y sin embargo nos hemos dado cuenta que en la mayoría de los casos no funcionan.
Esto es porque estás formulas y mecanismos no ha sido desarrollados en base al como el perro se comporta y sólo intentan resolver partes pequeñas de un gran y complejo todo, que es el comportamiento de los perros.

Suponíamos que todos los animales son iguales, que eran una especie de máquinas que no piensan, ni sienten y sólo responden a estímulos que provocan respuestas. Y entonces daba los mismo entrenar a un perro que a un elefante, o a un caballo que a un león. Y tradicionalmente se han usado métodos basados en el uso de castigos para obligar a los animales a realizar ciertas conductas o si no, recibiría castigos.

Durante más de 200 años se han empleado métodos de compulsión o castigo para educar y adiestrar a los perros, suponiendo que son máquinas a las que hay que enseñarles todo. Lamentablemente aún hoy en día, éstos métodos son muy populares, a pesar de que hoy sabemos que los perros, tienen características de pensamiento propias, y formas concretas de pensar y aprender, y que existen formas más sencillas de educarlos, como el uso de estímulos positivos, como los premios o pagos.

Sin embargo poco a poco en todo el mundo estamos haciendo éste cambio de pensamiento y aprendiendo también como enseñar a los perros, nuestras reglas o lo que queremos que hagan. Y cambiando unos métodos por otros. Que además hacen la vida del perro más sencilla, pero no sólo la de ellos, sino también las de nosotros, los humanos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

FACTORES DE LA PSICOLOGÍA CANINA: GENÉTICOS, GENÉRICOS Y SOCIALES.


Cápsula 5
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Por Javier Baños Campos.



Hoy hablaremos de los factores que intervienen en el comportamiento y la psicología canina.

Para hablar de Psicología Canina tenemos que considerar que existen varios factores que intervienen en el comportamiento del perro. Y podemos mencionar 3 segmentos importantes: los factores genéticos, factores genéricos y factores sociales.

Empezaremos hablando de:

• Factores genéticos. Además de las características físicas e instintos desarrollados de algunos tipos de perros, existe otro factor genético muy importante en el desarrollo del comportamiento, éste es el Temperamento.

El Temperamento es un conjunto actitudes y aptitudes predispuestas genéticamente y vinculadas al desarrollo del sistema nervioso central, es decir del cerebro, la columna y todas sus terminaciones nerviosas. Este desarrollo del sistema nervioso, predispone al perro a ser más seguro o más nervioso o temeroso; y en consecuencia a ser en diferente grado naturalmente un Líder o un Seguidor.

Existen perros que al ser naturalmente seguidores, están dispuestos a obedecer a un líder. Esto es benéfico en la relación con sus amos. Pues estos individuos son muy adecuados para la vida familiar y excelentes mascotas; pues están siempre deseosos de servir a sus amos.

Mientras que los naturalmente Líderes, debido a su desarrollado sistema nervioso, suelen ser perros muy seguros e independientes, con una tendencia natural a ser dominantes. La educación de éste tipo de perros suele ser difícil, pues su naturaleza no es obedecer a alguien, sino que lo obedezcan. Su naturaleza es liderar a una manada.

Esta predisposición es natural e inmodificable y está implícita en su información genética, y funciona igual en machos como hembras.

Por otro lado encontramos…

• Factores genéricos: Existen diferencias evolutivas, de adaptación y hormonales en las hembras y los machos, que se reflejan en su comportamiento.

En general podemos decir, que la mayoría de los machos suelen ser territoriales, marcan y protegen su territorio, y existe una tendencia a competir entre ellos.

Mientras que la mayoría de las hembras suelen ser más sensibles, no suelen competir tanto a diferencia de los machos. Sin embargo suelen ser muy protectoras, pero no tanto del territorio, sino más bien de los miembros de la familia o la manada, especialmente de los más pequeños. A los que defienden extremadamente.

• Factores sociales: Estos factores son muy importantes, principalmente el desarrollo del Carácter. Que se refiere a la formación social del perro, es decir, a la interacción con su medio ambiente y medios ambientes desconocidos o diferentes al suyo; su relación con otros perros, y con otras especies.

El rol que ha desempeñado en la manada o en la familia, también es importante, pues la dominancia y la jerarquía son también factores sociales.

En resumen, es importante entender que todos estos elementos son importantes para comprender más sobre el comportamiento de los perros. Y entender por qué nuestros perros se comportan tal forma y saber que igual que nosotros, también ellos son individuos, uno diferente al otro.

Por eso es importante informarnos y elegir al individuo más adecuado a nuestras condiciones y estilo de vida, y así nuestro perro sea un miembro más de la familia y nuestra sociedad; y que no se convierta en un problema.

EL PERRO: SU ADAPTACIÓN Y TIPOLOGÍA

A partir del momento en el que el lobo comenzó a convivir con el humano, comienza también a adaptarse a su nuevo medio ambiente, que poco a poco lo convirtieron en perro.


El perro, recibía un lugar dónde refugiarse de las inclemencias del ambiente, como la lluvia, el frío, o el calor; y alimento seguro sin esforzarse tanto para obtenerlo. De esta manera humanos y perros se veían beneficiados.


Así se formó el vínculo y la sociedad ancestral entre ambas especies.


Con el paso del tiempo, y tras muchas generaciones el ahora perro, tuvo nuevas adaptaciones no sólo como una subespecie; sino que también de forma individual, pues ciertos sujetos sufrieron cambios relacionados con los nuevos trabajos y las funciones que realizaban. Ya sea la cacería, la protección del territorio, o el rastreo, por mencionar algunas; los perros fueron reduciendo o aumentando ciertos instintos presentes en los lobos, como la depredación, la agresión, la defensa, la protección, o la dominancia y otras características como el liderazgo natural o la tolerancia hacia otros individuos, ya sean animales o humanos. Creando así poco a poco especialistas en desarrollar ciertas funciones o trabajos, y las cuales derivarían posteriormente en la aparición de las razas caninas. Las cuales no son otra cosa, que la especialización de los instintos, las características físicas y cualidades psicológicas de ciertos tipos de perros, para desarrollar ciertas funciones o trabajos.


Con el paso de mucho tiempo, surgieron muchas razas de perros con instintos muy desarrollados, especializados en hacer funciones que van desde la cacería mediante el olfato o la vista, el rastreo, la guardia o la protección del territorio, el recobre de piezas de cacería. Y hasta el pastoreo.


Considerada ésta última como una gran adaptación de sus instintos, pues siendo el perro un depredador; el cuidar rebaños de presas potenciales, como pueden ser la ovejas; resulta contrario a su instinto de depredador, cuidar las, en lugar de comerlas.


Y ya por último un grupo de perros sufrieron adaptaciones o manipulaciones humanas para convertirse en animales adecuados para la simple compañía.


En este punto notamos una adaptación tal que podríamos hablar del perro tal y como lo conocemos en la actualidad.


Factores como la zona geográfica, o las condiciones ambientales, realizan más y más transformaciones que generaran toda la gran variedad de tipos de perros. Por ejemplo, las razas nórdicas o Spitz, los lebreles, los molosos, los pastores, los perros de montaña, por mencionar algunos. Todos estos tipos de perros en particular poseen características propias, de su tipo de perro y algunas otras de raza.


Aún los cruces de tipos de perros y de razas, los perros mestizos o los mal llamados criollos o “corrientes”, que normalmente corresponden a una tipología, que dominante en sus características.

Conocer esto es importante, pues las características físicas de cada tipo de perro suelen también acompañar a desarrolladas características instintivas y psicológicas particulares de ciertos tipos de perros. Y a veces también de ciertas razas.


Existen además de la tipología de perro, factores también importantísimos como el temperamento, y el carácter (que no son lo mismo), la predisposición natural al liderazgo. Y otras características individuales de cada perro, como la experiencia propia o la inteligencia. Que hacen a cada perro un individuo único y diferente a otros.


Lo cual suele ser un tema que no se toma en cuenta por las viejas posturas respecto a la forma en la que el perro piensa y siente, pues estas suponen que todos los perros, son iguales y todos responden igual ante ciertos estímulos, tal cual si fueran máquinas. Y no se tiene en cuenta que cada perro, tiene cualidades y características propias de un tipo de perro, y no sólo eso, sino que además características propias de cada individuo.

EL ORIGEN DE LA RELACIÓN ENTRE HUMANOS Y PERROS; Y LAS DIFERENCIAS ENTRE AMBAS ESPECIES.


Cápsula 3.

Por Javier Baños C.


Las especies perro y humano han convivido juntos, durante miles de años.

Existen muchas teorías sobre como se originó ésta relación milenaria.

Una de las más aceptadas nos dice que en algún momento algunos lobos se acercaron al medio ambiente humano en donde les era sencillo obtener los sobrantes del alimento humano.

El lobo a lo largo del tiempo se acostumbró a la presencia humana y viceversa. Algunos humanos hasta llevaron consigo a éstos lobos a sus hogares.

Los descendientes de éstos a lo largo de varias generaciones sufrieron adaptaciones hasta convertirse en lo que ahora conocemos como perro.

Ambas especies, se vieron beneficiadas con ésta nueva sociedad. El humano aprovechó los instintos naturales del perro para ayudarse en la cacería, es decir, el perro con su desarrollado olfato rastreaba y perseguía a la presa, mientras que el humano mataban a la presa, y así ambos podían comer, sin que el trabajo fuero excesivo para ambas especies, así se vieron beneficiadas ambas.

Así inició la relación social entre humanos y perros hace miles de años. Y así permaneció hasta la etapa industrial en la que las personas migraron del campo a la ciudad trayendo consigo a sus perros. Esta nueva etapa trajo consigo cambios en ésta sociedad humano-perro.

Pues el perro de vivir en el campo pasó a vivir en los espacios reducidos de las ciudades, en donde además poco a poco dejó de desarrollar los trabajos para los que se había adaptado, pasando a convertirse en solamente un animal de compañía.

Este cambio trajo consigo problemas. En ocasiones desencadenados por los fuertes instintos que cada tipo de perro ha desarrollado.

En la actualidad es muy común encontrarse con problemas que afectan la relación entre ambas especies.

¿A qué se debe esto?

Como nos será sencillo imaginar, los perros antes acostumbrados a trabajar para ganarse la comida, y a colaborar en las labores de la manada, dejaron de hacerlo, provocando en el perro una gran confusión.

Hoy en día estamos tan acostumbrados a la presencia de los perros en nuestra vida y en nuestro entorno, que parece que hemos olvidado que somos especies distintas.

Sin embargo en la actualidad es muy común ver que las personas tratamos a los perros como si fueran personas, cuando en realidad ellos nos son personas.

Con esto no quiero decir que debamos tratarlos mal, en absoluto no.

Lo que debemos entender es que somos especies diferentes, los humanos somos una especie conocida como Homo Sapiens Sapiens, y los perros son la especie conocida como Canis Lupus Familiaris.

Así como físicamente somos diferentes.

También, existen diferencias cognitivas o de pensamiento entre perros y humanos. Es decir, tenemos cerebros diferentes, y también, formas de pensar y ver la vida diferentes. Y en consecuencia también tenemos formas diferentes de aprender.

Es decir, existen cosas que los humanos podemos entender, pero ellos no. De la misma forma hay cosas que los perros pueden entender, pero nosotros no.

Existen cualidades propias de la psicología canina, que sólo ellos comparten.

Pretender enseñar a un perro como a una persona, es un error. Pues somos diferentes.

Sería lo mismo que intentar enseñar a un perro como si fuera una ballena, o a una ballena como si fuera una vaca, a un gato como si fuera pájaro.

Cada especie animal, incluida la nuestra tiene características de pensamiento propias, como lo son la inteligencia, la memoria a corto y largo plazo, el aprendizaje, etc. Que van desde procesos básicos de pensamiento hasta los procesos avanzados, como la conciencia, la abstracción o el análisis.

Respetar a los perros, como a otras especies animales, implica no sólo el respeto a su vida e integridad física, sino también a sus cualidades como especie, y a sus formas de pensar de ver la vida.

EL PERRO: ¿QUÉ ES Y CÓMO SE COMPORTA?

Por Javier Baños C.


Capsula 2

Los avances en las ciencias han arrojado información nueva e importante sobre muchas especies animales.

El perro no es la excepción.

Esta especie, antes conocida por el nombre científico de Canis Familiaris, debido a nuevas investigaciones, hoy en día es llamado Canis Lupus Familiaris.

¿Qué quiere decir esto?

Pues teníamos la creencia de que los perros descendían de los lobos, y hoy en día debido a muchas investigaciones y avances en genética, sabemos que los perros, no sólo descienden de los lobos. Sino que en realidad, los perros son una subespecie del Lobo Gris , y comparten más del 99% de su genética.

Podemos decir entonces, que los perros son lobos, pero con ciertas diferencias genéticas que aunque es menor al 1%, es mucho en cuento a su constitución y desarrollo.

Y se preguntarán, ¿De qué me sirve saber que los perros son lobos?

Saber esto nos sirve enormemente para comprender al fin mucho sobre su naturaleza y su comportamiento.

Conociendo su naturaleza, entendemos más sobre como piensan y como ven la vida nuestros amigos los perros. Es decir, su psicología.

Ellos al ser una subespecie del Lobo Gris, piensan como lobos, se comportan muy parecido a como lo hacen los lobos en la naturaleza. Es decir, los perros se organizan en manadas, y para ellos tiene una gran importancia el territorio, el cual protegen a toda costa de intrusos.

En cada manada de perros, igual que en la de los lobos hay jerarquías, con mayor o menor importancia y que desempeñan diferentes funciones. Cada miembro de la manada desempeña una función y esto le otorga derechos, pero también obligaciones.

Ellos siguen y obedecen a un líder, el cual tiene una gran importancia en su vida, pues es el Jefe.

Cuando un perro llega a una familia humana. Ellos perciben a la familia como si fuera su manada, y tratan de tomar una jerarquía en ésta, normalmente una de mayor rango, pues esto le traerá consigo muchos beneficios.

En fin, existe un gran número de factores y temas que intervienen en su complejo mundo, que poco a poco iremos comprendiendo.

Es fácil imaginar que al ser dos especies diferentes, con naturalezas y formas de pensar tan diferentes, surjan problemas.

Desencadenados a veces, por las condiciones en las que vivimos y factores que para ellos tienen mucha importancia y que causan en el perro una gran confusión.

Por ejemplo el hecho de vivir en espacios muy reducidos, como lo es una casa o un departamento, es muchas veces desencadenante de ladridos excesivos y hasta la agresión o mordidas para defender su territorio.

En una especie acostumbrada a vivir en la vida salvaje, en grandes extensiones de territorio. Es difícil acostumbrarse a vivir en un espacio reducido, lo que afecta directamente su comportamiento, generando también problemas como ansiedad, estrés, y otros fenómenos que desencadenarán conductas que a veces no deseamos en nuestros perros.

Y que afectan nuestra tranquilidad y la relación con esta especie.

Pero debemos entender, que todo comportamiento tiene una causa, y que normalmente algún comportamiento que no deseamos en nuestro compañero canino, está casi siempre vinculado a algo que tal vez sin querer nosotros mismos estamos provocando.

Por eso es importante informarnos correctamente y a través de fuentes adecuadas, y no a través de formulas o creencias populares, pues existen hoy, aún muchos mitos en torno a el comportamiento y la psicología canina.