lunes, 24 de mayo de 2010

UNA REFLEXIÓN SOBRE LOS SUCESOS OCURRIDOS EN MÉXICO SOBRE EL BIENESTAR ANIMAL.


Por: G. Javier Baños Campos


Al día de hoy muchos movimientos, ideas, y posturas, a veces radicales se han desatado gracias a los lamentables sucesos que han venido ocurriendo en nuestro país respecto al maltrato animal.

La desafortunada muerte de “Callejerito”, un perro que hace unas semanas fue lamentablemente muerto, por un grupo de jóvenes, que ahora han sido blanco del repudio, el odio, y otros sentimientos, reflejo del sentir de una sociedad ante sus actos.

Estos mismo actos han dado la pauta y motivado una gran cantidad de actos, sentires y pensares, algunos muy inteligentes y sensibles, y otros no tanto; algunos viscerales y sin ningún otro objetivo más que acrecentar el odio y repudio a éstos actos.

Sin embargo, éstos actos han dado pie a grandes oportunidades que con respecto al tema de “bienestar animal”, jamás antes se habían presentado en nuestro país, y debemos ser prudentes y actuar con mucha inteligencia, para que éstas (grandes) oportunidades, sean verdaderamente aprovechadas y trascendentes para nuestra sociedad, y para que sea posible un verdadero cambio de conciencia en el tema del trato, bienestar y los “derechos” animales.

¿Cuál es la postura que debemos tener con respecto a esto?

¿Debemos sentir odio o vergüenza por estos jóvenes que dieron muerte a “Callejerito”?

¿De algo sirve el odio para cambiar estas posturas?

¿De algo sirve radicalizar posturas para generar conciencia?

¿Sirve de algo adoptar posturas radicales para generar empatía y comprensión por parte de toda una sociedad ante un tema como el bienestar animal? ¿Conseguiremos algo de ésta manera?



EL DETONANTE.

El lamentablemente suceso de la muerte de éste infortunado perro, los actos y actitud de estos jóvenes del estado de Nayarit, no son otra cosa más que el reflejo de nosotros mismos, de lo que somos como sociedad, pues nada es casual, todo es causal. Estos jóvenes son una muestra y resultado de lo que nosotros mismos hemos formado, de nuestras mismas creencias, resultado de nuestra cultura y de nuestra sociedad. Negarlo, es sólo evitar aceptar la realidad de un pueblo que en el común denominador, nos hemos caracterizado por preocuparnos sólo por uno mismo y que voltea la mirada ante el sufrimiento ajeno, y que parecemos pensar que si no lo vemos, no existe.

Terminamos siempre culpando a los otros de los problemas, al gobierno de nuestra pobreza, a nuestros padres de nuestra forma de ser, a los jóvenes que mataron a “callejerito” del maltrato animal. ¿Y nosotros? ¿Será que nos gana el egoísmo?

Día a día vivimos situaciones de infelicidad, algunas terribles sin que hagamos nada por cambiarlas. ¿Será acaso que uno busca sólo su propia felicidad, aún a costa de hacer sufrir a otros?

Cuando algo en nuestra vida no nos gusta, la pregunta es siempre ¿En qué debo cambiar yo? Si uno cambia, cambia la gente a su alrededor, si la gente a mi alrededor cambia, cambia mi medio ambiente. Si mi medio ambiente cambia, cambian también los medios ambientes alrededor, y así cambia toda una sociedad.

Pero nada cambia, si yo no cambio.



¿CÓMO CAMBIA UNA POSTURA, UNA VISIÓN, LAS IDEAS, SE DERRIBAN UN PARADIGMA Y SE MODIFICA LA CULTURA RESTECTO AL BIENESTAR ANIMAL?

De nada sirve plantarse en las antípodas o posturas radicales para solucionar nada.
Primero debemos ser empáticos y entender, que TODOS SOMOS PARTE DEL PROBLEMA, Y ENTONCES TODOS SOMOS PARTE DE LA SOLUCIÓN.

El problema pertenece a todos, a toda la sociedad, a toda una comunidad, pues el asunto y el problema, es de todos. Tanto de los que si les gustan y preocupan de los animales, como los que no les gustan, pues todos pertenecemos y nos debemos a una comunidad. Negarlo o evadirlo es estancarse.

Entendido esto, debemos comprender que hasta a las personas que NO les gustan o interesan los animales, el hecho de que no les gusten o disgusten se debe a una consecuencia de actos que ésta misma (nuestra) comunidad ha generado. A los que no les interesa el bienestar animal y los que piensan que los animales no piensan, ni sienten, se deben a un conjunto de actos y creencias, que en algún punto en la historia, alguien generó.

Y no basta, con dividir, o enemistarse entre los que SI les gustan los animales o con los que NO les gustan. Pues todos pertenecemos a la misma cosa. Todos y cada uno, somos parte de éste todo.

La labor y esfuerzo que hacen muchas personas, grupos y asociaciones civiles, deberían tener el mismo objetivo en común: la procuración del bienestar animal, la educación, el cambio de conciencia y la creación de una cultura integradora, responsable y ética en sus tratos hacia los animales.



TODOS SOMOS PARTE DEL PROBLEMA Y TODOS SOMOS PARTE DE LA SOLUCIÓN.


Todos lo originamos y todos ayudaremos a resolverlo.

En algún punto a los que NO nos gustan los animales (y digo los que no nos gustan, porque debemos entender que somos parte de un todo). En algún punto, aprendimos a no quererlos, a maltratarlos, y a que era normal deshacerse de ellos. Alguien nos lo enseñó, en algún lugar lo vimos, lo escuchamos, y lo aprendimos. Y Lo hicimos nuestro. Y ahora, lo reflejamos.

Los que maltratamos perros en algún lugar presenciamos a alguien maltratando a un animal. Y por alguna razón creímos que eso era lo correcto.

De la misma forma, a los que SI nos gustan y si nos interesan, procuramos su bienestar y queremos a los animales. Es porque en algún punto, en algún momento, alguien nos lo enseñó, lo aprendimos y lo hicimos consciente. Y forma parte de nuestro conjunto de creencias.

Por esa razón…

Para hacer un cambio real, no basta con segregar o apartar a los que SI de los que NO. Sino entender que todos somos parte del todo. Todos somos parte del problema, pero también todos somos parte de la solución. De otra forma, sólo agrandamos el abismo enorme que existe entre ambos lados.

“ENCONTRAR CULPABLES SÓLO AGRANDA LOS ABISMOS Y NOS SEPARA MÁS”.

Si seguimos enemistándonos con los que maltratan perros o los que abandonan perros, sólo lograremos que se vuelvan cada vez más distantes a nuestras ideas.



¡DEBEMOS INTENTAR SER EMPÁTICOS!

Comprender significa observarlo desde afuera. Pero Entender, significa vivirlo; ponerse en los zapatos del otro. Cuando intentamos entender, entonces nos ponemos en Común con los otros.
“Comunicar” significa “ponerse en Común”, “ENTENDER AL OTRO”.

Y como nosotros, todos somos parte del problema, todos también, somos la solución.

Entender al otro es un asunto de empatía; de ser empático con el otro.

“Ponernos en los zapatos del otro, y a veces en la piel del otro”.



SOBRE EL MALTRATO ANIMAL Y LOS ENFOQUES PARA SOLUCIONARLO.

Desde hace algunos años he dedicado gran parte del tiempo a estudiar y convivir con otras especies animales, además de los humanos. Estudiar su comportamiento y sus estructuras y formas de pensamiento, y promover el uso de sistemas y recursos favorables y amables en la educación y la relación entre humanos y otras especies. Esto me ha llevado a trabajar desde hace algunos años resolviendo las situaciones y problemas que existen en la relación entre las personas y sus perros.

Durante éste tiempo, en el que he trabajado con los perros y sus dueños, he podido observar por ejemplo, que las personas que maltratan perros, los maltratan porque piensan que eso es lo correcto, porque así lo aprendieron, porque así les enseñaron. Y sobre todo, PORQUE NADIE LES HA ENSEÑADO OTRA FORMA MÁS ADECUADA DE TRATARLOS.

He observado también que muchas de las personas que abandonan a sus mascotas, dentro o fuera de su casa; los abandonan en el patio o aún los que los sacan a las calles o los tiran cual como si fueran cualquier cosa, NO LO HARÍAN SI PUDIERAN. Y la mayoría no lo hace por gusto. Pero nadie nos ha enseñado otra forma de hacerlo.

Y no basta con decirles que NO HACER.

PUES TODOS NOS DICEN SIEMPRE QUE ES LO QUE NO DEBEMOS HACER, PERO NADIE NOS DICE LO QUE SI. LO QUE SI DEBEMOS O PODEMOS HACER.

Pensemos en todas las campañas que se arrojan para promover la protección animal:

¿Qué nos dicen?

No maltrates.

No compres.

No abandones.

No les pegues.

No a las peleas de perros.

No a las corridas de toros.

Se organizan marchas en contra del maltrato animal.

Pero ninguna nos dice que SI DEBEMOS HACER, CÓMO SI SE PUEDER HACER. Es raro ver una marcha a favor del bienestar animal.



¿POR QUÉ ES IMPORTANTE ESTO? (EL SI)

“NINGÚN CEREBRO ANIMAL, INCLUÍDO EL HUMANO, ENTIENDE EL CONCEPTO DEL NO”.

Ningún cerebro animal, puede concebir el NO. Estructuralmente el cerebro humano no puede entender el NO. Y éste (No) lo procesa como un Si.

Entonces cuando decimos “No lo maltrates”, en realidad estamos ordenando al subconciente: “Si maltrata”.

Por esto debemos aprender a establecer nuestros mensajes y decretos, y ser muy cuidadosos con éstos. Y enfocar nuestras energías e intenciones por los motivos y actos correctos.

Después de haber entendido este asunto, personalmente jamás acudiría o pondría mi energía o dirigiría mis actos en ir a una marcha “En contra de la Guerra”, en cambio acudiría y podría toda mi intención en acudir a una marcha “A favor de la Paz”. Pues el mensaje que verdaderamente se transmite está dirigido hacia otro fin.

Sin embargo, lo más importante son los actos.

Debemos, si estamos verdaderamente interesados en modificar estas ideas, ser muy cuidadosos con nuestros mensajes y con las intenciones de éstos. Y ser congruente entre lo que pensamos, decimos y hacemos.

Sobre todo creer en ello, pues es absolutamente cierto que los paradigmas se derriban si se comunican de forma adecuada.

La cultura no es otra cosa más que un fenómeno de comunicación, que uno o unos comienzan y lo trasmiten a otros a través del espacio y del tiempo, y cuando tienen grandes alcances y beneficios en una sociedad, entonces podemos llamarlo cultura.

La cultura es un fenómeno de transmisión de información, es un acto de comunicación, parecido a una especie de contagio viral, que se transmite de unos a otros y alcanza grandes números.



IDEAS, EMOCIONES Y ACTOS CORRECTOS.

Por esta razón es en tan importante el plantear o replantear y establecer mensajes correctos; pues de no ser así lo único que trasmitimos son ideas a veces antagónicas a nuestros fines; y las perpetuamos. (Podemos tal vez sin querer establecer una “cultura” de odio, intolerancia, repudio y segregación, que no beneficia en nada).

Pronunciarnos y pronunciar nuestra energía a favor del odio, el maltrato, la segregación, la intolerancia y las posturas radicales, sólo perpetúan estas mismas ideas y acentúan las mismas posturas.

Es importante entonces dirigir nuestras intenciones, mensajes y energías a algo que beneficie, transmita, comunique, se establezca y se haga conciente de forma POSITIVA en las personas.

Por eso es importante entender “EL CÓMO SI”.

El cómo si es posible lograr algo, cómo si podemos comprenderlo, y la manera más fácil y empática de entenderlo.

Nadie aprende por imposición; y lo que se adopta por imposición genera ideas y emociones aberrantes sobre éste tema.

Hagamos un ejercicio: Pensemos en por qué no nos gusta o desagrada una materia que llevamos en la escuela, o por qué no nos gusta ciertos alimentos o cosas; Probablemente encontraremos que tuvimos una experiencia negativa, un maestro impositor, o alguien que nos comunicó directamente o indirectamente que tal comida sabía feo. Muchos de nosotros nunca la probamos, ni las probaremos, pero estamos seguros y predispuestos de que no nos gustan ni nos gustarán nunca.

Imaginemos ahora, ante las situaciones actuales, a un individuo radical e intolerante ante el maltrato animal, hablándome de tolerancia y respeto a los animales; que intenta convencernos sobre sus ideas, argumentándonos: “¡No al maltrato animal, no a las corridas de toros, está mal que comas animales; estás mal porque usas pieles. Odio a los humanos. Maten a los maltratadores de animales!”.

¿Qué respuesta y que idea generamos realmente adoptando éstas posturas de intolerancia?
Si de por si es ya un tema incomprendido el asunto del bienestar animal, la comunicación y la convivencia interespecie, los derechos animales, el vegetarianismo, etc. Adoptando éstas posturas, no se beneficia en nada, sino todo lo contrario.

Es más sencillo y verdaderamente efectivo ser empático, comprender al otro, no podemos exigir la comprensión, debemos procurarla, debemos “ponernos en común”.

Y es “mil veces” más sencillo entender UN SI, que cien NO.



PARADIGMA DEL MALTRATO ANIMAL.

En la experiencia de trabajar con personas, “dueños” de perros, he podido observar que cuando se explica que es lo que SI debemos hacer, o el cómo si se puede lograr una relación adecuada y armoniosa, resulta mucho más sencillo todo.

La mayoría de las personas (no todas), abandonan a sus animales en la calle porque éste se ha vuelto un “PROBLEMA”, o termina regalándolos. Lo cual no soluciona el problema, sólo se lo heredan a alguien más.

Sacan al perro a la calle, en donde el problema es heredado al desafortunado perro, que es el que menos culpa tiene que su dueño no haya podido entenderlo y sabido educarlo.

Ya en la calle el problema tampoco termina, sino que se vuelve de alguien más o más bien de todos. Pues ya en la calle, el problema se vuelve del gobierno (todos). Que tiene organismos como los antirrábicos. Los cuales intentan solucionar la problemática de salud que suponen los perros “de la calle”. Éste problema, que tampoco de inicio era suyo, pero que ahora lo es, debe ser resuelto de alguna forma. La solución más sencilla y práctica para el gobierno: Matarlos.

Esto le soluciona el problema al gobierno, que no es más que un problema heredado.

¿Pero que pasa?, ¡Que el problema tampoco se resuelve de raíz!; pues habrá más gente que sigue sacando a sus perros y gatos a la calle.

Los más afortunados de éste grupo de animales que es arrojado a la calle, llega a manos de las Asociaciones Civiles y Protectoras, que bien intencionadamente, realizan la gran labor, de rescatar a éstos animales de la calle o del maltrato, para rehabilitarlos físicamente, esterilizarlos (intentando controlar el problema), y buscarles una segunda oportunidad de funcionar en una familia; y promover mediante diferentes programas la solución de ésta problemática. Lo cual es una labor gigantesca.

La situación es que todos tratan, tratamos, de solucionar el problema desde donde lo percibimos.

Tanto las personas de una sociedad que abandonamos perros, como el gobierno, como las asociaciones civiles, como el resto de las personas o ciudadanos, buscamos resolver el problema desde nuestra perspectiva. Resolver el problema, al menos para nosotros.

Las personas que abandonan resuelven su problema sacando al perro a la calle o lo regalan a alguien más. El gobierno lo resuelve sacrificándolos (que es una palabra bonita para decir “matarlos”).

Las Asociaciones Civiles, intentan solucionar el problema, esterilizando, dando en adopción haciendo campañas y elaborando diversos programas.

Y el resto de las personas solucionamos el problema, ignorándolo; volteando la mirada a otro lado o culpando al otro, sin asumir responsabilidad. Es decir, evitándolo.

La realidad sin embargo es que todos percibimos el problema desde nuestra trinchera. Desde nuestra propia perspectiva.

Pero el problema es de todos.

Asumiendo nuestra responsabilidad cada uno, atacamos éste problema de raíz y eliminamos el círculo Vicioso y lo convertimos en un círculo Virtuoso. Hasta ese momento dejaremos de generar más abandonos de animales.

Debemos ser concientes de esto y promever con responsabilidad nuestros mensajes y creer en lo que hacemos.

Las buenas intenciones son importantes, porque de éstas parten las correctas ideas.

Pero de nada sirven las buenas intenciones si no se asume la responsabilidad y esto se transforma en actos.

La acción es importante. Acciones con intenciones correctas. Es importante actuar.

Nos debemos siempre a los demás, dependemos unos de otros, vivimos en una sociedad, y esto es innegable.

Ideas correctas, intenciones correctas y actos correctos a nuestros fines.

Es importante replantearnos lo que verdaderamente se quiere lograr sobre el tema del bienestar animal, pues es un tema que todos tenemos aún, una enorme deuda social pendiente.


“No existe lo bueno ni lo malo, creer esto es sólo un asunto de perspectiva. Dividir y radicalizar, sólo hace más grandes los abismos entre los unos y los otros”.